Elena Matin Vivaldi
Buscadme en el dolor, si la segura
estrecha senda, norma de mi vida,
encrucijada fue y en la florida
perdióse vuestro pie que me procura.
Seguid -lampara y sol- hacia la oscura
morada -sombra y gris- estremecida;
fondo de un mar, arena conmovida,
nostálgico y ausente de la albura.
Allí estare. Mi pulso enamorado,
universal la voz, vuestros oídos
avisara constante, desangrado.
Y yo seré, medida por el llanto,
idéntica a mi ser y a los dolidos
paisajes desvelados en mi canto.