miércoles, 18 de junio de 2014

El valor de la alimentación tradicional mediterranea

Deja que tu alimentación sea tu medicina, vía @Hipocrates, padre de la medicina, es un pensamiento que actualmente sólo muy superficialmente parece superado.
La crisis económica, que podríamos interpretar en términos de explosión encadenada de burbujas, construidas a imagen y semejanza de la vanidad humana, no se puede superar cerrando en falso; no podemos seguir confundiendo, vía @AntonioMachado, como necios, valor y precio.

El precio para rescatar el valor va a ser alto y, al mismo tiempo, lo que tiene valor, no tiene precio. El paso del tiempo es juez del valor, aunque no en los productos que llamamos perecederos, ámbito de esta entrada sobre como será nuestra alimentación durante y después de la crisis económica

La alimentación tiene un componente de equilibrio nutricional y otro de evolución cultural alrededor de los sentidos del gusto y el olfato. El patrón de la dieta mediterránea, adscrito a un territorio que derrocha dones para lo perecedero, integra ambos componentes con precisión inalcanzable para cualquier otro y científicamente reconocido como el patrón de alimentación saludable.

A pesar de que hemos abandonado los mercados tradicionales, hoy cerrados o en vías de transformación en gastro-bares que nadie necesita, por las grandes superficies, aún hoy, entre las clases humildes trabajadoras de Andalucía, se va al mercado por la mañana, se compran los ingredientes para el potaje, el arroz, el cocido, la cazuela, o el guiso previsto o improvisado durante el recorrido por los puestos de los comerciantes con los que, al final, la relación comercial y de amistad va fraguando en una.

Estos hombres y mujeres que atesoran el valor de saber cocinar como antes viven entre nosotros, algunos serán mayores, incluso pueden vivir en residencias que desconocen el valor de su talento en la cocina, otros serán padres de niños que van al colegio con los nuestros, compañeros de trabajo o de actividades de ocio; en los pueblos y en la ciudad, entre los que buscan trabajo y los que pronto lo perderán.

Todos los pueblos tienen lo que se denominan "activos en salud". Las personas que atesoran el arte de conocer y saber combinar los ingredientes necesarios para elaborar los sabrosos y saludables platos de la dieta mediterránea, los primeros.
Los colegios con sus comedores escolares, el hogar del pensionista, las cocinas de establecimientos públicos y privados, los comedores universitarios y de todo tipo.
La comunidad puede sustituir la cocina y el comedor familiar para que los niños se alimenten bien.

Guisar en casa, comprar en el mercado los productos locales de cada temporada, comer en familia, tres pilares de alto precio, a nivel de cambio también personal, para no cerrar en falso la salida de lo que hemos llamado crisis..